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RESEÑAS

Morir para poder escribir, escribir para poder morir

Fuentes:  Universidad de Guanajuato y PerúInforma.com

Por Revista Koi

26 de febrero de 2018.

    El pasado jueves, 22 de febrero del presente año, se celebró el Congreso Internacional e Interdisciplinario de Salud y Enfermedad en la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

    La primer ponente de la mesa de las 12 hrs. fue Asunción del Carmen Rangel López, de la Universidad de Guanajuato,  quien presentó un análisis de la poesía de José Watanabe, titulada: Morir para poder escribir, escribir para poder morir.        Consideraciones en torno a algunos momentos de la poesía de José Watanabe.

   Es importante señalar que el análisis hecho por Rangel giró en torno a la muerte como tópico en la poesía de este autor peruano. La relevancia de Watanabe para aquellos que realizamos la revista Koi, radica en su ascendencia japonesa, hecho que si bien fue tocado de cierta manera no se llegó a profundizar a lo largo de la ponencia.      No obstante, Rangel sí remarcó que el poeta representó una perspectiva influenciada por su ascendencia, ya que conservaba recuerdos de los discursos de sus padres, un japonés y una serrana.

     La obra de Watanabe, dijo, es sumamente singular, incomparable a cualquier otra que haya nacido en nuestro continente. El autor había vivido con cáncer varios años antes de su muerte y esta podría ser una de las determinantes de la temática que imperó en sus últimos poemarios: la muerte.

    Rangel destacó la visión que Watanabe parecía compartir en su poesía, en la que no se teme a la muerte, sino a lo que viene antes de ella, citó uno de sus versos que les compartimos aquí mismo: "Oh Señor, no es de la muerte que quiero huir sino de sus terribles modos".

    El ojo de Watanabe, enunció, es sin duda especial y en él convergen las dos partes de su sangre: la peruana y la japonesa. La forma tan gráfica de retratar lo que ve y el colorido de su poesía es algo que no deberíamos perdernos.  Este aspecto junto como su valor como  figura que une Oriente y Occidente, portador de una voz sublime respaldada de intercambio cultural, interesó a nuestra revista pues encontramos su singularidad como algo inesperado y sumamente valioso.

     Durante la ronda de preguntas se pudo apreciar el entusiasmo de la ponente por la poesía de este autor pues fue dando información sobre ciertos contenidos que podían ser encontrados en su obra. Asimismo, destacó que de su padre aprendió sobre el haiku, pues éste solía leérselos desde que era niño.

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